El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reveló en una audiencia judicial que intentó manipular su tobillera electrónica, medida cautelar impuesta tras su arresto preventivo. Este incidente ocurrió durante un episodio de "paranoia" y "alucinaciones" provocadas por la combinación de medicamentos que estaba tomando. Bolsonaro negó que su acción fuera un intento de fuga.

La audiencia, presidida por la jueza Luciana Sorrentino, se llevó a cabo por videoconferencia. Durante su declaración, Bolsonaro explicó que el episodio tuvo lugar cerca de la medianoche en su hogar, donde se encontraba con su hija, su hermano y un asesor. Sin embargo, actuó solo al intentar abrir el dispositivo con un soldador, convencido de que contenía un sistema de escucha. Atribuyó esta acción a conocimientos técnicos adquiridos en el pasado.

El exmandatario aseguró que desistió rápidamente de su intento cuando "recuperó la razón" y que nunca había experimentado una alteración similar. Aclaró que no cortó ni retiró la tobillera y que no había intención de evadir su prisión domiciliaria. Tras darse cuenta de su error, se comunicó con los agentes de monitoreo para informarles sobre el incidente.

La jueza Sorrentino confirmó que la prisión preventiva de Bolsonaro se mantendrá, argumentando que los procedimientos se realizaron conforme a la ley y que no se presentaron denuncias de irregularidades. La audiencia se centró en verificar la legalidad del arresto y el respeto a los derechos fundamentales del ex presidente.

Bolsonaro fue arrestado preventivamente el sábado por la mañana, tras ser considerado un riesgo para el orden público y la posibilidad de fuga. La decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) se basó en la preocupación por una vigilia convocada por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, que podría haber generado aglomeraciones y dificultado la supervisión policial.

Este lunes, la Primera Turma del STF evaluará si ratifica o revoca la prisión preventiva de Bolsonaro. La audiencia se llevará a cabo sin la participación del ministro Alexandre de Moraes, quien dictó la orden inicial. Además, los abogados de Bolsonaro tienen hasta el final del día para presentar apelaciones contra la condena de 27 años y tres meses de prisión impuesta por su participación en un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.

El proceso judicial contra Bolsonaro comenzó en marzo de 2025, cuando el STF decidió abrir un juicio penal por varios delitos graves, incluyendo tentativa de golpe y pertenencia a organización criminal. La condena fue ratificada en septiembre, y desde entonces, Bolsonaro ha estado bajo arresto domiciliario con restricciones severas. Si los recursos de apelación no tienen éxito, deberá cumplir su condena en prisión cerrada, según la legislación brasileña.