Una familia indígena que llegó exhausta, asustada y dispuesta a exigir justicia por la presunta violación de una niña de 12 años; fue rechazada en la Casa de Justicia de Huauchinango bajo el argumento de que “no había quien hablara náhuatl”, es decir no había traductor para darle la atención debida del caso. La Fiscalía, consultada al respecto, informó que ya realizan las investigaciones, y confirmó que no se negó el servicio a la víctima, sino que se debía esperar al traductor para poder tomarle la denuncia.

La menor, su madre —con un bebé en brazos— y la abuela emprendieron un viaje de casi cuatro horas desde la comunidad de Atla, en Pahuatlán, para presentar una denuncia penal. Todo lo que sabían sobre el sistema de justicia lo aprendieron en el camino: que debían llegar, narrar lo ocu

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