Resulta difícil hacer una escala de alegrías cuando lo que un plantel celebra es un ascenso después de una temporada larguísima en una categoría tan competitiva como la Primera Nacional . Hecha esa salvedad, en la celebración que los jugadores de Estudiantes de Río Cuarto pudieron regalarse en el césped del estadio Abel Sastre, cuando los hinchas de Deportivo Madryn ya habían abandonado el campo de juego, dos hombres parecían tener una sonrisa especialmente amplia tallada en sus rostros . Dos hombres que tienen un vínculo muy especial con el club: Gonzalo Maffini y Alejandro Cabrera .

“Este ascenso me da la posibilidad de devolverle algo a este club y a Alicio (Dagatti, el presidente), que me bancó en mis peores momentos”, contó a Clarín el capitán Maffini, quien lleva una

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