La salida de Alejandro Gertz Manero como fiscal general de la República era inevitable y no tuvo nada que ver –al menos como factor determinante– con la agenda de asuntos propios y desde luego de temas sistémicos. La suerte de la Fiscalía autónoma se firmó cuando el presidente López Obrador decidió en la reforma judicial para terminar con los espacios independientes en el tratamiento de los asuntos de la justicia.
El sistema político priista –aún antes del PRI, pero con la Constitución como fermento de lo que sería el modelo priísta– se construyó alrededor del poder absoluto del presidente de la República y se le dotó del control de los espacios de poder político: el partido dependiente y desde ahí la designación de legislativo bajo control presidencial, el manejo absoluto d

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