Ningún hotelero mallorquín utilizaría a Robert Graves para promocionar uno de sus establecimientos. Ningún hotelero mallorquín compraría un hotel en Deià . Se ha necesitado un madrileño pero veraneante de nacimiento en la isla, Pelayo Cortina Koplowitz, para adquirir Es Molí en la localidad montañosa, invocando el nombre del escritor inglés que mitificó al enclave.

Graves presumía en su apogeo de cobrar un dólar por cada palabra que escribía, pero no hubiera imaginado que Deià simbolizaría el lujo más desatado siguiendo su estela. De hecho, eligió Mallorca para decir adiós a todo eso «porque me aseguraron que podría vivir allí con mucho menos dinero que en Inglaterra». Solo los ingleses más opulentos pueden alojarse hoy en La Residencia o podrán cobijarse en el futuro en Es Molí

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