El presidente colombiano Gustavo Petro ha tomado una decisión audaz al ordenar el restablecimiento del servicio aéreo civil entre Colombia y Venezuela. Esta medida se produce en un contexto de creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela, tras el anuncio del presidente Donald Trump de cerrar "totalmente" el espacio aéreo venezolano.

A través de su cuenta de X, Petro cuestionó la autoridad de Estados Unidos en este asunto, afirmando: "EE. UU. no tiene el derecho de cerrar el espacio aéreo venezolano. Lo puede hacer con sus aerolíneas, pero no con las del mundo". En su mensaje, el mandatario colombiano también hizo un llamado a la comunidad internacional, diciendo: "Colombia restablece el servicio aéreo civil con Venezuela e invita al mundo a hacerlo. Es hora de diálogos, no de barbarie".

La decisión de Trump de cerrar el espacio aéreo se produce en medio de un aumento de la tensión militar en el mar Caribe. En su mensaje, Trump advirtió a aerolíneas, pilotos y otros actores del sector que el espacio aéreo sobre Venezuela permanecería cerrado, lo que generó preocupación en la región.

La respuesta del gobierno venezolano no se hizo esperar. A través de un comunicado oficial, el régimen de Nicolás Maduro rechazó la advertencia de Trump, calificándola de "insólita" y una "agresión extravagante, ilegal e injustificada". El comunicado enfatizó que Venezuela "seguirá ejerciendo plenamente su soberanía protegida por el derecho internacional en todo su espacio aéreo".

Este nuevo enfrentamiento entre Petro y Trump se produce en un momento en que las relaciones diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos son tensas, debido a diferencias en política exterior y regional. La ministra de Transporte de Colombia, María Fernanda Rojas, también criticó la advertencia de la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU., que había llevado a varias aerolíneas a suspender sus vuelos hacia Venezuela. Rojas argumentó que estas alertas de seguridad deberían basarse en criterios técnicos y no en motivaciones políticas.

La decisión de Petro de restablecer los vuelos a Venezuela marca un momento significativo en la política colombiana y en las relaciones internacionales en la región, desafiando la influencia de Estados Unidos en asuntos aeronáuticos y reafirmando la soberanía de Colombia en sus decisiones de transporte aéreo.