Todavía hay que tomarse con precaución los resultados de las elecciones presidenciales en Honduras, pero dos cosas parecen claras cuando se lleva escrutado algo más del 78% de los votos: el batacazo de la candidata oficialista, Rixi Moncada, con apenas un 19,02%, lo que supone una bofetada a la presidencia de izquierdas de Xiomara Castro, y que el efecto Trump no siempre es garantía de victoria electoral.
Si el escrutinio preliminar inicial situaba en cabeza por un ligero margen a Nasry Asfura, exalcalde de Tegucigalpa y el candidato de la derecha que recibió el apoyo de Donald Trump al final de la semana pasada, la reanudación del recuento tras casi un día interrumpido por fallos técnicos, significó un vuelco a favor de Salvador Nasralla, el popular presentador de televisión que represen

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