Para algunos, bastaba con que una de las cuatro comisiones económicas de Senado y Cámara decidiera archivar la reforma tributaria para que esta se hundiera. Dos de las tres comisiones que alcanzaron a votar aprobaron el archivo del proyecto de ley y, aun así, el presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, pidió que se continuara con el procedimiento para votar la ponencia positiva.

De inmediato se desató la controversia. Mientras algunas voces afirmaban que ya no había nada que salvara la ponencia, otros, como Wadith Manzur, argumentaron que negar algo previamente aprobado no es lo mismo que archivar, y que, por lo tanto, las reglas aplicables son distintas.

De esa manera, se procedió a la lectura del artículo con el que finaliza el informe de ponencia positiva, con el fin de abrir el

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