Un ladrón que robó una organeta de la parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Itagüí, fue capturado gracias a un seguimiento exhaustivo realizado por las cámaras de seguridad del Sistema Integrado de Emergencias y Seguridad de Medellín 123. Este incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad de los templos ante la delincuencia, pero también resalta la efectividad de la tecnología en la lucha contra el crimen.

El robo ocurrió cuando el sospechoso salió del templo con el instrumento musical a cuestas. Los visualizadores del sistema 123 detectaron su salida y activaron un seguimiento en tiempo real. Las cámaras registraron cada movimiento del ladrón, desde que abordó un taxi con dirección al centro de Medellín hasta su llegada a un conocido centro comercial de tecnología, donde intentó vender la organeta sin éxito.

El seguimiento continuó hasta que el hombre ingresó a un inquilinato en el sector de la plazuela Rojas Pinilla, creyendo que había logrado escapar. Sin embargo, los operadores del sistema nunca perdieron su ubicación. Gracias a la colaboración entre la Alcaldía de Medellín, la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá y el equipo de visualizadores del 123, las patrullas fueron enviadas con precisión al lugar donde se escondía el ladrón.

Momentos después, el hombre fue capturado y la organeta fue recuperada y devuelta a la parroquia, lo que generó alivio en la comunidad de Itagüí. Según la Secretaría de Seguridad de Medellín, en lo que va de 2025, se han capturado 1.135 personas por el delito de hurto, lo que demuestra la efectividad del sistema de vigilancia en la ciudad. Este caso no solo evidencia la amenaza que enfrentan los espacios sagrados, sino también la importancia de la tecnología en la seguridad pública.