Ya sabemos gracias a las redes que los pandas “lo tendrían muy mal para sobrevivir en el mundo real”: si alguna vez le han dado un like o se han entretenido con el vídeo de un panda cayéndose de una rama mientras duerme la siesta o dándose un trastazo contra un árbol al deslizarse por la nieve, el algoritmo les habrá premiado con unos cientos más. Son entretenidos y no hacen pensar. Esta escribidora se hizo tan adicta que casi se tuvo que borrar la cuenta.
En dura competición con los pandas torpones encontramos a los gatitos, ahora navideños. A los voluntariosos propietarios que visten a sus mininos de Papa Noel se suma la IA: villancicos protagonizados por felinos montados en trineos, comilonas con decenas de comensales gatunos, chimeneas de las que cuelgan calcetines con bigotes... Char

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