No hizo falta mucho tiempo para que la nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, irritara al Gobierno chino. El 7 de noviembre, pocas semanas después de su elección, ante una pregunta que le hicieron en el Parlamento sobre un posible ataque o bloqueo chino contra Taiwán, respondió que podía constituir una “situación de amenaza a la supervivencia”.
Como el artículo 9 de la Constitución japonesa renuncia a “la amenaza o el uso de la fuerza como medio para la resolución de disputas internacionales”, los partidarios del statu quo en Japón cuestionaron el comentario de Takaichi. Y el Gobierno chino (que considera Taiwán parte de su territorio soberano) lo vio como una provocación.
La respuesta de China fue intensa e inmediata. Las autoridades chinas rememoraron las atrocidades cometida

La Vanguardia España Opinión

CBS News
Raw Story
The Daily Beast