Nicolás Maduro y Donald Trump confirmaron esta semana que, efectivamente, hablaron por teléfono a finales de noviembre en una llamada respetuosa y “hasta cordial”, según dijo el líder chavista, mientras que para Trump no fue ni buena ni mala. Y si bien ninguno dio mayores detalles de lo que se dijeron, es claro que Washington aún no logra que Maduro entregue el poder abriendo todo un abanico de opciones para lo que vendría.

El mandatario estadounidense aseguró que su despliegue militar en el Caribe “no es una campaña de presión, es mucho más que eso”. Algo que cobró claridad el pasado viernes cuando la Casa Blanca presentó su nueva Estrategia Nacional de Seguridad en la que prioriza a América Latina con un enfoque basado en el aumento de la presencia militar en el hemisferio, el fortaleci

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