El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha calificado como un simple «error en la velocidad de tramitación» el escándalo que rodea a Francisco Salazar , uno de sus colaboradores más cercanos, denunciado por varias trabajadoras de La Moncloa por presunto acoso sexual . Las declaraciones han tenido lugar este sábado en el Congreso de los Diputados , durante la celebración del Día de la Constitución , en un tono de defensa poco habitual en el jefe del Ejecutivo.

« Yo asumo el error en primera persona », afirmó Sánchez, admitiendo que su partido ha gestionado «muy mal» un caso que permaneció paralizado durante cinco meses , sin que ninguna de las afectadas fuera contactada hasta que el asunto se filtró a los medios.

Inacción, protocolo fallido y defensa institucional

Pese a las reiteradas promesas de transparencia y feminismo del PSOE, el líder socialista ha admitido que el protocolo interno antiacoso del partido no funcionó con la celeridad debida. Atribuyó el retraso a un fallo organizativo y no a un intento deliberado de encubrimiento:

« No es un error premeditado … pero el procedimiento se ha dilatado innecesariamente , aunque estemos en plazo», insistió.

El presidente explicó que el mecanismo de atención a víctimas está desconectado de la cúpula del partido , por lo que, según él, no tuvo conocimiento directo de lo sucedido hasta que se hizo público en junio. Sin embargo, Salazar ya había sido nombrado para ocupar un puesto clave en la dirección federal del PSOE , lo que plantea dudas sobre la falta de control y comunicación entre órganos internos del partido.

Sánchez se distancia de Salazar: «No tengo relación con él»

Pedro Sánchez fue tajante al tratar de desligarse de cualquier vínculo personal o político con Paco Salazar , asegurando que no tiene contacto con él y que fue apartado «en un momento muy crítico» , coincidiendo con la reorganización del partido tras la caída de Santos Cerdán .

« No se ha dudado nunca de las víctimas … ¿Cómo íbamos a dudar si se le retiraron todas las responsabilidades?», declaró, intentando reforzar la imagen de compromiso con la causa feminista.

Un escándalo que debilita el discurso feminista del PSOE

El caso Salazar se suma a una larga lista de episodios que han erosionado la autoridad moral del PSOE en materia de igualdad y defensa de los derechos de las mujeres: desde los audios de Ábalos y Koldo García con prostitutas , hasta el caso Tito Berni o el acoso denunciado por militantes contra líderes locales del partido .

Todo ello contrasta con la insistencia del presidente en que el PSOE es «el partido feminista por excelencia» y que su compromiso con los protocolos antiacoso es firme. No obstante, como él mismo ha reconocido, el protocolo falló y será necesario reforzar los recursos humanos destinados a su aplicación.

Una Constitución entre sombras internas

El tradicional acto del Día de la Constitución , que en otras ocasiones ha servido para marcar líneas estratégicas del Gobierno, ha tenido esta vez un tono defensivo. Pedro Sánchez evitó grandes anuncios y centró su intervención en contener los efectos del escándalo interno . La gestión del caso ha obligado a Moncloa a dar explicaciones detalladas sobre un proceso que, lejos de proteger a las denunciantes, se paralizó durante meses sin causa justificada .

El impacto político es evidente: mientras Sánchez intenta mantener la estabilidad institucional en medio de una legislatura convulsa, los casos de acoso y corrupción que emergen desde dentro del partido cuestionan su liderazgo y la eficacia real de los compromisos éticos del PSOE .