La naturaleza alberga fenómenos tan extremos que parecen ficción. Uno de ellos es el sorprendente mecanismo de supervivencia de la rana de la madera ( Lithobates sylvaticus ), una especie capaz de detener su vida durante el invierno y retomarla meses después, sin consecuencias visibles. Este proceso, estudiado hoy por la ciencia, podría transformar la preservación de órganos humanos.

Un organismo que enfrenta el invierno a su manera

Cuando llegan las temperaturas bajo cero, esta rana adopta una estrategia radical: se deja congelar por completo . Su corazón se detiene, su respiración cesa y hasta un 70% de su cuerpo se convierte en hielo. Aunque parezca un final inevitable, es apenas el comienzo de su asombrosa resistencia.

Para sobrevivir a este estado extremo, el hígado desempeña

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