Un incendio de grandes proporciones arrasó un almacén de plásticos en el kilómetro 27,5 de la Panamericana Norte, en el distrito de Puente Piedra, el domingo 7 de diciembre. El siniestro, que comenzó alrededor de las 11 de la mañana, generó una intensa movilización de los servicios de emergencia y causó gran preocupación entre los residentes de la zona.

El Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú desplegó al menos 18 unidades, incluyendo motobombas, cisternas y ambulancias, para combatir las llamas. El comandante Christian Montenegro informó que 70 bomberos trabajaron arduamente para controlar el fuego, que fue calificado como código 3 debido a su magnitud. Las imágenes compartidas por los vecinos mostraron columnas de humo negro y llamas que se elevaban por encima de las viviendas cercanas, lo que provocó pánico entre los habitantes.

La ubicación del almacén, en una zona donde coexisten depósitos industriales y viviendas, complicó las labores de los bomberos. Las autoridades establecieron un perímetro de seguridad y realizaron cortes de tránsito en la Panamericana Norte para facilitar el acceso de los equipos de rescate. A pesar de la rápida respuesta, algunos residentes reportaron problemas de abastecimiento de agua para los bomberos, lo que generó más inquietud.

Las evacuaciones preventivas se llevaron a cabo, especialmente de menores y personas mayores, ante el riesgo de intoxicación por el humo. "La gente salió corriendo de sus casas porque el humo era muy fuerte y las llamas parecían acercarse", relató una vecina del sector. Hasta el momento, no se han reportado heridos, pero las pérdidas materiales son significativas.

Con el incendio parcialmente controlado hacia la 1:00 p.m., las autoridades comenzaron a investigar las causas del siniestro y la situación del almacén. Técnicos del Cuerpo de Bomberos y representantes municipales inspeccionaron el área para verificar si se cumplían las normativas vigentes. La emergencia ha puesto de manifiesto la falta de regulación en la ubicación de depósitos industriales en zonas residenciales, lo que ha llevado a legisladores y autoridades locales a convocar reuniones para discutir posibles restricciones.

La comunidad permanece atenta a nuevas informaciones y solicita mayor presencia de las fuerzas de seguridad y del municipio para garantizar la seguridad de las familias en la zona. Las autoridades han indicado que, si se detectan irregularidades en la gestión del depósito incendiado, se tomarán las medidas legales correspondientes. La situación sigue siendo monitoreada por los equipos de emergencia, que permanecen en la zona para asegurar que el fuego no se reavive.