El Gobierno libertario se alista para las sesiones extraordinarias en un contexto de tensión con el kirchnerismo. Este último busca consolidar sus 28 votos en el Senado, que representan más de un tercio del total de 72. Sin embargo, dentro del Frente de Todos, liderado por José Mayans, crecen los reclamos por un “nuevo orden” ante la insatisfacción de varios legisladores con las directrices impuestas desde la prisión domiciliaria de Cristina Kirchner. Un miembro del kirchnerismo expresó su frustración: “Venimos de perder tres elecciones bajo el lema ‘todos juntos’. Parece algo agotado, más allá de mantener un caudal de votos que nunca debe ser desconsiderado.” Esta situación ha llevado a algunos senadores a cuestionar la centralización del poder en figuras como Mayans, Juliana di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, quienes acaparan la atención en las reuniones de bloque. Las tensiones internas son palpables. Un senador cercano a un gobernador advirtió: “Nadie quiere ser el primero en romper. Ahora, si la semana que viene sigue la misma situación, no sé cuánto va a aguantar.” Este clima de incertidumbre se agrava con la figura de Patricia Bullrich, quien se ha convertido en la interlocutora clave del Gobierno con la Cámara alta. La Vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, ha sido alertada sobre la necesidad de no ceder el control de la Cámara a Bullrich. Un peronista comentó: “Mientras no quieran arrasarnos, sobreviviremos.” Villarruel ha mantenido buenas relaciones con varios legisladores kirchneristas, lo que podría influir en la dinámica del Senado. Con la reciente confirmación de Gerardo Zamora y su participación con el Frente Cívico, las miradas se centran en Convicción Federal, que ha mantenido su distancia de Cristina Kirchner sin romper vínculos. Un senador de este grupo afirmó: “No hay apuro. Vamos a ver qué pasa y cómo corre el agua la semana que viene.” La situación es compleja y se observa con atención la postura de Daniel Bensusán, quien podría formar su propio bloque si las tensiones continúan. En este contexto, el Senado se enfrenta a un periodo de incertidumbre y posibles reconfiguraciones políticas.