La Bombonera no lo podía creer. En el momento más caliente del duelo ante Racing , cuando Boca necesitaba claridad, rebeldía y alguna chispa para romper el partido, Claudio Úbeda tomó una decisión que cayó como un baldazo de agua helada: sacó a Zeballos , el jugador más peligroso de la noche, para darle ingreso a Alan Velasco , que llegaba sin ritmo tras más de dos meses sin actividad y con rendimientos muy flojos desde su llegada.

La reacción del estadio fue inmediata. Silbidos, sorpresa y bronca. Incluso Paredes , visiblemente molesto, levantó los brazos buscando una explicación al banco mientras el cambio se concretaba. Boca no la estaba pasando bien y el único que venía generando desequilibrio dejaba la cancha.

El presentimiento negativo duró poco. Apenas cuatro minuto

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