Nicolas Sarkozy había prometido ir a Lourdes al salir de prisión y lo cumplió. Estuvo en el célebre santuario pirenaico con su esposa, Carla Bruni, se bañó en piscinas a 12 grados centígrados y asistió a misa. La gente lo aplaudió y le dio ánimos.
Fue el propio expresidente francés quien lo explicó en una entrevista con Le Figaro , mientras otros medios han publicado extractos de Journal d’un prisionnier (Diario de un preso) , que sale a la venta este miércoles. Parece una perfecta estrategia de promoción para que el lanzamiento sea un éxito.
Sarkozy, gran comunicador, sacó provecho de su amarga experiencia carcelaria, que plasmó a mano, en cuartillas. Su abogado las llevaba luego a la secretaria del ex jefe de Estado para que las pasara a limpio. El recluso 320535 –el número que l

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