Una cosa es que un perro nos dé la pata cuando se lo pedimos, y otra muy distinta que lo haga por iniciativa propia . Esa diferencia, que puede parecer sutil, revela mucho sobre cómo se comunican los canes tanto con nosotros como con su entorno. Este gesto, que solemos interpretar como un acto de amor, tiene raíces profundas en su biología, evolución y convivencia social .
Todos los que convivimos con un perro sabemos que sus patas son un lenguaje en sí mismas: pueden posar una sobre nuestro brazo, empujarnos suavemente la pierna, darnos un leve toque en el muslo o incluso insistir con pequeños golpes cuando buscan atención . Si bien es cierto que no hay una única razón detrás de este gesto, lo que sí hay, según los veterinarios y expertos en comportamiento canino, es una clara intención comunicativa.
¿Por qué tu perro te toca con la pata?
En su origen más primitivo, el movimiento de la pata está ligado a la supervivencia . Los cachorros recién nacidos empujan el vientre de su madre con las patas para estimular la liberación de leche. Con el tiempo, el cachorro descubre que cuando utiliza la pata «ocurre algo», que puede influir en el entorno y en los miembros de su familia.
Por eso muchos perros adultos recurren a la pata para pedir comida o agua, llamar la atención o mostrar afecto . Los expertos en comportamiento animal coinciden en que este gesto no es un hábito aprendido al azar, sino un vestigio de la forma más básica de comunicación de los perros. Es, en cierta manera, una forma de «iniciar una conversación».
Las patas también ‘hablan’
Los perros aprenden rápidamente que el contacto físico tiene un efecto directo: si tocan, alguien responde . Esa asociación se refuerza de manera natural, una y otra vez, hasta que el gesto se convierte en una herramienta eficaz.
A veces el mensaje es tan simple como «mírame». Si el perro está aburrido, busca interacción o necesita una actividad, es probable que utilice la pata para iniciar el juego . Este comportamiento suele intensificarse en perros muy sociables o en razas que tienden a buscar interacción constante.
Lo más importante para saber qué quiere decir el perro es entender el contexto . Si está relajado y apoya suavemente la pata mientras recibe caricias, probablemente esté mostrando afecto y confianza. Ahora bien, si este gesto aparece acompañado de un cuerpo tenso, mirada desviada, orejas hacia atrás o respiración acelerada, podría estar expresando nerviosismo o incomodidad.
Asimismo, muchos perros utilizan la pata como un gesto afectivo . Apoyarla sobre una pierna o un brazo, especialmente durante un momento de calma, es una forma de demostrar amor. Es frecuente que lo hagan cuando se acurrucan junto a su persona favorita, cuando buscan compañía o cuando disfrutan de una caricia.
Estudios neuroquímicos han demostrado que la interacción entre perros y humanos activa neurotransmisores asociados al vínculo social, como la oxitocina, la serotonina y la dopamina, tanto en el perro como en la persona. No es extraño que muchos perros coloquen la pata sobre su cuidador justo antes de quedarse dormidos o durante un momento de relajación.
Cuando hay que prestar más atención
Aunque la mayoría de los gestos con la pata son afectuosos, hay situaciones en las que conviene observarlos con más detenimiento. Un perro que insiste en tocar, rascar o empujar puede estar expresando algo más que una simple demanda. La insistencia puede indicar frustración, ansiedad o incluso dolor físico.
Otro punto importante es conocer cómo influye nuestra respuesta en la conducta del perro . Si cada vez que pone la pata sobre nosotros recibe atención inmediata (ya sea en forma de caricias, palabras o cualquier tipo de interacción), aprenderá que este gesto funciona. Y, como cualquier comportamiento reforzado, tenderá a repetirse y a intensificarse.
Los educadores caninos sugieren ofrecer alternativas: pedirle al perro que se siente, que espere o que mantenga la calma antes de darle lo que quiere. Esto no rompe la comunicación, sino que la organiza y enseña al perro a interactuar de manera más equilibrada.
En definitiva, la pata del perro forma parte del amplio vocabulario corporal con el que se relaciona con el mundo. Comprender qué nos dice uando usa la pata implica observar algo más que el gesto en sí. Requiere prestar atención al contexto en el que ocurre, al estado emocional del animal, al resto de su lenguaje corporal y a las circunstancias que rodean la interacción. No es lo mismo una pata apoyada durante un momento de tranquilidad que un toque insistente en medio de una situación tensa.
Reconocer esa diferencia es clave para fortalecer la convivencia . Cada toque es una pregunta, una invitación o una declaración emocional. Cuando un perro nos toca con la pata, está hablando. La verdadera cuestión es: ¿estamos dispuestos a escuchar lo que intenta decirnos?

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