Las denuncias de varias trabajadoras por presunto acoso sexual contra el asesor de Presidencia del Gobierno Francisco Salazar salieron unas horas antes de que fuera nombrado adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE. El escándalo abortó su nombramiento, pero lo que parecía una explosión controlada ha terminado por convertirse en una bomba de racimo que cinco meses después sigue provocando turbulencias. Este mismo martes el Consejo de Ministros cesará al que fuera mano derecha de Salazar , Antonio Hernández, que se mantenía en activo tras la salida de su jefe.
Esta salida busca ser un cortafuegos para evitar que el asunto continúe escalando en la organización y en el Gobierno, ante la cuestionada gestión del asunto por la falta de acción a las denunciantes. Una situación

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