El polo argentino es reconocido en todo el mundo por su excelencia, sin embargo, detrás de esa perfección hay una paradoja, ya que, en más de un siglo, el deporte no había incorporado avances específicos en materia de protección.
En un juego que se desarrolla a más de 60 kilómetros por hora, con caídas inevitables y cuerpos que se mueven junto a caballos de más de media tonelada, la zona cervical sigue siendo el punto más vulnerable y, según el Dr. Juan Gottlieb, traumatólogo y especialista en patología de la columna vertebral, “las lesiones cervicales ocurren con frecuencia en el polo, debido a las caídas del caballo que provocan traumatismos directos de la columna en hiperextensión brusca”.
Frente a esa realidad nació el primer protector cervical diseñado específicamente par

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