Los jugadores del Barcelona se miraban, había un murmullo en la grada, algunas risas en el banquillo y un comentario de Pedri a Koundé tapándose la boca. El lateral francés acababa de cabecear un centro de Lamine Yamal que era regular, siendo generosos. La pelota caía de muy arriba, sin fuerza, y el defensa, con el cuerpo por delante, hizo un giro con el cuello para mandar el balón a la red. La sorpresa general era porque apenas unos minutos antes, también había marcado, de la misma forma, pero diferente. Fue con la cabeza, pero en esta ocasión el centro de Rashford era un caramelo e hizo como de pared para mandar el esférico a la meta.

El Barcelona encontró la respuesta a sus preguntas en la frente de Koundé. La pregunta principal era cómo conseguir entrar en la defensa del Eintracht,

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