En el universo católico no existe una multiplicidad de vírgenes independientes entre sí, sino una sola mujer representada de maneras diversas a lo largo del tiempo y de las geografías. Guadalupe , Lourdes , Fátima , Pilar , Candelaria , Coromoto o Dolores remiten a la misma joven judía de Nazaret que, según la tradición cristiana, concibió a Jesús por obra del Espíritu Santo. La pregunta que atraviesa siglos de historia es por qué esa única figura adoptó tantos nombres y cómo fue que una devoción temprana se transformó en un fenómeno global con más de 1.100 advocaciones reconocidas.
La teología católica sostiene que cada denominación surge de un modo particular de interpelar a la Virgen María . A diferencia de otros santos, cuyas identidades suelen estar delimitadas, l

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