Cuando bajan las temperaturas en Aragón , muchos hogares recuperan una tradición culinaria invernal: la sopa de ajo aragonesa . Este plato sencillo, caliente y rico en nutrientes se ha convertido en un imprescindible del invierno, especialmente recomendable para quienes ya superan los 40 años y buscan una comida reconfortante con beneficios para la salud.

Un plato que combina historia, sabor y bienestar

La sopa de ajo es uno de esos guisos populares que han acompañado a generaciones enteras en los inviernos más duros del Pirineo y el valle del Ebro. Con pan duro, ajo, aceite de oliva, caldo y un huevo , la receta demuestra cómo ingredientes humildes pueden ofrecer un plato nutritivo y lleno de sabor.

Durante la preparación, el ajo se dora lentamente para liberar su aroma, el pan

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