Mientras el PP trata de salpicar a María Jesús Montero por la detención del expresidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), Vicente Fernández, a quien nombró tras llegar al Gobierno en 2018, la vicepresidenta primera se defiende desvinculándose completamente. Ni “su mano derecha” ni “su gran protegido durante años”, como lo ha definido el secretario general del PP, Miguel Tellado, tras pedir su dimisión al situarla como “nexo” de la trama Koldo. Montero ha negado cualquier contacto “con este señor” desde que abandonó la SEPI en octubre de 2019, por estar involucrado en el caso Aznalcóllar. Asimismo, justificó su elección en su día por su perfil y trayectoria profesional al haber sido previamente interventor general de la Junta de Andalucía.
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