Por Eladio Solarte Pardo
“La muerte es el comienzo de la inmortalidad” (Robespierre)
En medio de una reñida lucha por la vida -aferrado a Dios-, Fredy perdió la batalla, lejos de sus seres queridos, distante de su Cauca, que era la razón de su existencia y al cual sirvió con devoción suprema. El vacío que deja en nuestros corazones solo es posible remediarlo con el valioso ejemplo de su apostolado, de su gran profesionalismo, digno de ser imitado por las nuevas generaciones de este noble, pero ingrato oficio de la comunicación. Tampoco alcanzó la esperanza de retornar a su tierra natal para abrazarla y darle su último adiós. El conflicto armado que por tantos años ha signado el acontecer caucano lo desterró de su amada patria, sumiendo el resto de su vida en una verdadera pesadilla, con