Lo que realmente ocurrió fue la reiteración de una relación profundamente asimétrica, donde EU fija la agenda en función de sus intereses de seguridad nacional y México responde con concesiones.

La visita del Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, a la presidenta Claudia Sheinbaum puso en evidencia, una vez más, la fragilidad estructural de la diplomacia mexicana frente a Washington. Bajo el discurso de “alianza estratégica”, lo que realmente ocurrió fue la reiteración de una relación profundamente asimétrica, donde Estados Unidos fija la agenda en función de sus intereses de seguridad nacional y México responde con concesiones.

Este patrón no es nuevo. En 2019, durante la administración de Donald Trump, el canciller Marcelo Ebrard aceptó el programa “Quédate en México” y e

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