Houston — Durante el mes pasado, dos titanes políticos de Texas —el fiscal general Ken Paxton y el ex congresista Beto O’Rourke— han estado involucrados en un drama legal escalante, completo, con amenazas de tiempo en prisión, enfrentamientos en tribunales y la posible quiebra de un esfuerzo de registro de votantes de Texas.

Los enfrentamientos tienen implicaciones directas para la carrera senatorial de 2026, dado que Paxton ya es candidato republicano en la primaria contra el senador John Cornyn, y O’Rourke ha estado considerando abiertamente una candidatura como demócrata. También ha servido como un ejemplo inusualmente directo de cómo el uso sin disculpas del presidente Trump de los poderes gubernamentales para perseguir fines partidistas se ha extendido a conflictos políticos en el r

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