Mamadou Hamet Diallo es de Senegal. Tiene 45 años, y los últimos cinco los ha pasado en España. Desde muy joven, en su país, ha trabajado ayudando a su padre con la ganadería y, cuando llegó aquí, tuvo claro que quería ejercer el pastoreo.

Aunque hizo cursos de mecánico, chapa o pintura, hace casi un año no dudó en inscribirse a la Escuela de Pastores del Gobierno de Castilla-La Mancha, con el fin de obtener una cualificación profesional que le permitiera poder trabajar en el oficio. “Me apasiona”, asegura.

Dicho y hecho, tras cinco meses de formación, ahora lleva un mes contratado en una explotación ganadera de Arcas, cubriendo vacaciones, y se muestra la persona más feliz del mundo mientras cuida a las 600 ovejas.

Belén bodoque, hija del propietario de la explotación, ha asegurado que

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