Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, 1945) es una observadora nata. Si alguien a su alrededor lleva un collar llamativo, den por hecho que, con suma discreción, lo analizará. O, más bien, lo admirará y es más que probable que lo termine confesando a su portadora. “Me gustan casi todos”, reconoce a La Vanguardia mientras acaricia el suyo. “Me lo regaló una lectora”, presume orgullosa. Es la portada de la primera edición de su novela El columpio , publicada en 1994 y tan fascinante como perturbadora. La propia autora admite que trata que todos sus libros lo sean y que encontrar ese equilibrio le supone oda una obra de ingeniería que realiza con gusto y, al menos hasta la fecha, con efectividad, pues lo ha vuelto a hacer en su nuevo libro de relatos, Lo que no se ve (Tusquets).
Ant