El 23 de agosto, el analista colombiano Erich Saumeth Cadavid compartió un mensaje en la red social X que generó más de 3.000 interacciones. En su publicación, mostró una imagen de un miembro de las disidencias de las FARC portando un fusil, cuestionando su origen: “Fusil Chino ¿Norinco Tipo CQ de 5.56x45mm?, empleado por las FARC-EP”.

Andrei Serbin Pont, otro analista y columnista, corroboró la información. Este experto se especializa en rastrear el origen de armas en conflictos, como en Ucrania. Saumeth explicó que ha utilizado diversas fuentes visuales para determinar el origen de las armas incautadas a grupos delincuenciales en Colombia, como el ELN y el Clan del Golfo.

El analista indicó que muchas de estas armas ingresan al país a través de puertos del Pacífico, a menudo en envíos certificados o en semi sumergibles que transportan cocaína a México y regresan con arsenales. Según Saumeth, el 70% de las armas provienen del mercado civil estadounidense.

“Es cada vez más raro encontrar armas robadas a las fuerzas armadas colombianas”, afirmó Saumeth, refiriéndose a incidentes de las décadas pasadas.

El Ejército colombiano reportó que desde 2023 se han decomisado 9.070 armas, de las cuales 7.196 son cortas y 1.874 largas. Aseguraron que el armamento ilegal proviene de varios países, principalmente de Estados Unidos y Centroamérica.

Saumeth coincidió en que es menos probable encontrar armas de países del Pacto de Varsovia, debido a los rigurosos controles actuales. Las incautaciones más comunes son fusiles M4 o AR-15, de origen estadounidense.

Sin embargo, también se han encontrado fusiles FAL 7.62x51 mm y AK-103 de las Fuerzas Armadas Venezolanas, que podrían ser armamento robado en combates pasados. El Ejército también ha identificado casos de venta de armamento procedente de sus propias filas, aunque en menor medida.