SEÚL (AP) — El ministro de Exteriores de Corea del Sur partió hacia Estados Unidos el lunes para arreglar el regreso de cientos de trabajadores surcoreanos detenidos la semana pasada en una redada masiva de inmigración en Georgia, lo que causó confusión, conmoción y un sentido de traición entre muchos en el país asiático.

La redada del 4 de septiembre en una fábrica de baterías en construcción en una extensa planta automotriz de Hyundai en Georgia llevó a la detención de 475 trabajadores, más de 300 de ellos surcoreanos. Algunos de ellos fueron mostrados con grilletes en las manos, tobillos y cintura en un video publicado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.

Corea del Sur anunció el domingo que Estados Unidos acordó liberar a los trabajadores detenidos, diciendo que enviaría un avión chárter para llevarlos a casa una vez que se completen los pasos administrativos finales.

El presidente estadounidense Donald Trump, quien anteriormente respaldó la redada, declaró el domingo por la noche que Estados Unidos podría llegar a un acuerdo con los trabajadores surcoreanos para capacitar a ciudadanos estadounidenses en trabajos como la fabricación de baterías y computadoras.

Apareciendo en una audiencia legislativa antes de su partida, el ministro de Relaciones Exteriores Cho Hyun calificó la redada como "un asunto muy serio" que no había anticipado en absoluto, mientras muchos legisladores lamentaban la operación estadounidense.

"Si las autoridades estadounidenses detienen a cientos de coreanos de esta manera, casi como una operación militar, ¿cómo pueden las empresas surcoreanas que invierten en Estados Unidos continuar invirtiendo adecuadamente en el futuro?" indicó Cho Jeongsik, un legislador del liberal Partido Demócrata gobernante.

Otro legislador, Kim Gi-hyeon del opositor conservador Partido del Poder Popular, señaló que la redada fue "inaceptable" e infligió a Corea del Sur un "golpe severo que será difícil de sanar".

Algunos legisladores incluso pidieron al gobierno que tomara represalias investigando a los estadounidenses que supuestamente trabajan ilegalmente en Corea del Sur.

Seúl ha expresado su pesar por la redada, pero los expertos dicen que probablemente no tomará represalias dada la dependencia en Estados Unidos en temas de seguridad y otras áreas, incluido el comercio.

La operación en Georgia fue la última de una serie de redadas en lugares de trabajo realizadas como parte de la agenda de deportación masiva de la administración Trump, pero fue la mayor operación del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional en un solo sitio. Muchos observadores señalan que el estado de Georgia es un símbolo de la cooperación económica entre los dos países, ya que muchas grandes empresas surcoreanas operan fábricas y planean futuras inversiones allí.

En Corea del Sur, muchos permanecen atónitos por la redada que se produjo después de que el país prometiera a finales de julio invertir cientos de miles de millones de dólares en inversiones en Estados Unidos como parte de un acuerdo arancelario. Trump y el presidente surcoreano Lee Jae Myung también celebraron su primera reunión cumbre en Washington el 25 de agosto.

"La forma en que Trump está presionando al gobierno coreano e infligiendo daños a su gente es muy dura y unilateral", manifestó Kim Taewoo, exjefe del Instituto de Unificación Nacional de Corea en Seúl. "¿Puede esto ser olvidado fácilmente en Corea del Sur? En una perspectiva a largo plazo, tampoco será bueno para los intereses nacionales de Estados Unidos".

En un editorial el lunes, el periódico más grande de Corea del Sur, Chosun Ilbo, escribió que "surgen dudas fundamentales: ¿Qué quiere decir 'alianza' para Estados Unidos? ¿Pueden las empresas surcoreanas beneficiarse de invertir en Estados Unidos cuando hay cambio de gobierno allá?"

Paik Wooyeal, profesor de la Universidad Yonsei de Seúl, dice que hay una contradicción entre el objetivo de Estados Unidos de restaurar la manufactura con inversiones extranjeras y la falta de sistemas de visas que pudieran apoyar tal intento.

Paik aseveró que las empresas surcoreanas que operan en Estados Unidos probablemente sufrirán "una gran confusión" ya que se verán obligadas a traer de vuelta a sus trabajadores para resolver sus visas. Ello también socavaría los intereses de Estados Unidos, pero Trump probablemente no hará concesiones pronto, sostuvo Paik.

Steven Schrank, el principal agente de Georgia de Investigaciones de Seguridad Nacional, reveló el viernes que algunos de los trabajadores detenidos habían cruzado ilegalmente la frontera mientras que otros habían ingresado al país legalmente pero tenían visas vencidas o habían ingresado con una exención que les prohibía trabajar.

Pero funcionarios y expertos surcoreanos han expresado frustración por lo que llaman los estrictos límites de Estados Unidos en las visas H-1B o H-2B para trabajadores extranjeros altamente calificados y su inacción ante los llamados de Seúl para expandir las visas de trabajo para nacionales surcoreanos calificados. Como resultado, las empresas surcoreanas han estado confiando en visas de visitante a corto plazo o en el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje para enviar trabajadores necesarios para lanzar instalaciones de manufactura o manejar otras tareas de configuración.

"El incidente inevitablemente exacerbará la escasez de trabajadores calificados y creará presión para aumentos en los costos laborales, potencialmente interrumpiendo operaciones y aumentando costos en proyectos comerciales importantes en Estados Unidos", expresó Eugene Investment and Securities de Corea del Sur en un informe el lunes.

Daishin Securities apuntó en un informe que la redada en Georgia podría retrasar las operaciones en la planta que iban a comenzar a principios del próximo año, lo que podría afectar el negocio de vehículos eléctricos de Hyundai en Estados Unidos.

Durante la audiencia legislativa del lunes, Cho, el ministro de Relaciones Exteriores, dijo a los legisladores que Estados Unidos "no ha respondido adecuadamente" a las solicitudes de Corea del Sur para expandir las visas para sus trabajadores, y que Seúl planea usar la redada en Georgia como una oportunidad para avanzar en las negociaciones relacionadas.

Cho sostuvo que algunas de las personas detenidas en Georgia necesitarán regresar al sitio para completar el trabajo en la fábrica, y que los funcionarios surcoreanos están negociando con las autoridades estadounidenses para garantizar que los detenidos puedan volver a ingresar a Estados Unidos.

"Les señalaré claramente que un retraso en la finalización de (la fábrica) también causará pérdidas significativas para Estados Unidos", afirmó Cho.

________________________________

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.