Nada puede estar más claro en el Perú de estos tiempos como la necesidad de llevar a cabo una reforma del sistema de justicia, especialmente del Ministerio Público, que bajo el mandato de la actual fiscal de la Nación, Delia Espinoza, se ha convertido en un agujero negro politizado e ineficiente que no es ninguna garantía para la lucha contra la delincuencia común y la corrupción. Sin embargo, los urgentes cambios no pueden ser llevados a cabo por el Congreso que estará en funciones hasta julio del próximo año.

Es verdad que el actual Parlamento cuenta con legitimidad legal para ejecutar la tan ansiada reforma que se necesita para terminar con los abusos, las patinadas, las parcializaciones, los sesgos que desvirtúan las investigaciones y fallos, las ineptitudes, los shows de ciertos fisc

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