A los pies de los Montes Obarenes y encaramada sobre un cerro conocido como "La Muela", rodeada de las fértiles tierras que riega el Ebro —ese río "traidor" que, según el refrán, "nace en Castilla y riega Aragón"—, se encuentra una pequeña ciudad, la más pequeña de España.

Hoy es un punto minúsculo en el mapa, pero en la memoria de sus calles y plazas guarda los ecos de un pasado medieval, un tiempo pretérito en el que llegó a ser uno de los enclaves estratégicos más importantes del Reino de Castilla y de toda la Península Ibérica.

Frías es un poderoso imán para el turismo y la reina indiscutible de la comarca de Las Merindades, uno de esos sitios a los que hay que ir expresamente porque no pilla de camino a nada. Habitada ya desde la época romana, no aparece en la Historia

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