Seúl, Corea del Sur — Más de 300 trabajadores surcoreanos detenidos por las autoridades de inmigración de Estados Unidos han regresado a su país tras una semana de incertidumbre. Este viernes, un avión chárter de Korean Air aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Incheon, trayendo de vuelta a 316 surcoreanos, junto con otros trabajadores de China, Japón e Indonesia. La detención de estos empleados en una redada en una fábrica de baterías en Georgia ha generado una fuerte indignación en Corea del Sur, poniendo a prueba la relación bilateral entre ambos países.

Los trabajadores fueron detenidos el 4 de septiembre en una planta de Hyundai en construcción, lo que provocó una ola de protestas y un sentimiento de traición en la nación asiática. Al llegar a casa, los trabajadores fueron recibidos por una multitud en el aeropuerto, donde se vivieron emotivos reencuentros con sus familias. Una madre, identificada solo como Park, expresó su alivio al ver a su hijo sano y salvo, tras haber estado preocupada por su salud durante la detención.

La situación se complicó cuando el presidente surcoreano, Lee Jae Myung, se vio obligado a negociar con la administración de Trump para asegurar la liberación de los detenidos. Durante la semana, el gobierno surcoreano presionó para que los trabajadores fueran repatriados, mientras que las autoridades estadounidenses afirmaron que algunos de ellos habían ingresado al país de manera ilegal o con visas vencidas. Sin embargo, los abogados de los trabajadores sostienen que muchos de ellos estaban trabajando legalmente en Estados Unidos.

La redada ha suscitado preguntas sobre el futuro de la inversión surcoreana en Estados Unidos, especialmente en un contexto donde las empresas de Corea del Sur están invirtiendo miles de millones en el país. La planta de baterías, que se espera genere 8,500 empleos, ha visto retrasos en su construcción debido a la situación. El CEO de Hyundai, José Muñoz, indicó que la planta enfrentará un retraso de al menos dos a tres meses.

El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun, ha instado a Estados Unidos a permitir que los trabajadores regresen para continuar su labor, mientras que el presidente Lee advirtió que la situación podría afectar la inversión extranjera directa en el país. Las autoridades surcoreanas han solicitado mejoras en el sistema de visas para trabajadores calificados, ya que la incertidumbre actual podría llevar a las empresas a reconsiderar sus inversiones en Estados Unidos.

A medida que se desarrollan las negociaciones, la relación entre Corea del Sur y Estados Unidos se encuentra en un punto crítico, con la esperanza de que se logren soluciones que beneficien a ambas naciones.