La condena a 27 años de prisión contra el expresidente Jair Bolsonaro dividió como nunca a la sociedad brasileña. Muchos salieron a festejar la decisión de la Corte Suprema, mientras los seguidores del exmandatario repudiaron el fallo.

Los clientes de un bar en Brasilia vitorearon y aplaudieron el jueves cuando el veredicto de culpabilidad apareció en una pantalla gigante en escenas que recordaban a un partido de fútbol.

“¡Bolsonaro a la cárcel!”, gritaban los clientes de Pardim, conocido por ser un punto de reunión de sectores de izquierda en un barrio residencial de la capital de un Brasil profundamente dividido políticamente.

“Me eché a llorar. Es un momento muy importante que esperábamos desde hace mucho tiempo”, declaró Sofía Araujo, una estudiante de 20 años, en la terraza del bar

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