China ha ido tejiendo, poco a poco, una red de poder en torno a los minerales críticos: primero las tierras raras , después el cobre y ahora el germanio. Aunque su nombre apenas diga nada al gran público, este metal es imprescindible para la industria de defensa —desde los sistemas de visión nocturna de los cazas hasta los satélites— y para las fibras ópticas que sostienen internet. Hoy casi no queda en el mercado, su precio se ha quintuplicado en dos años y el origen del colapso tiene un nombre claro: Pekín.

El origen de la crisis. Hace dos años, China anunció controles a la salida de germanio, galio y antimonio en respuesta a las restricciones de Estados Unidos y Países Bajos sobre semiconductores avanzados. Sin embargo, el verdadero golpe llegó a finales de 2024: las exportacion

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