Una de las consecuencias de encargar tareas civiles a las fuerzas armadas es que se les expone a mayores niveles de corrupción. Es lo que al parecer ocurrió con los hermanos Manuel y Fernando Farías Laguna, el primero en reclusión y el segundo prófugo de la justicia. Los marinos, contralmirante y vicealmirante, usaron su poder e influencias dentro de la Marina Armada, para construir un negocio ilegal del que estamos conociendo las consecuencias.
Este caso no es una herencia del pasado, sino una historia que se desarrolló desde la administración pasada y que estalló, ya de modo incontenible, en este periodo de gobierno y que no se puede disociar de la determinación de encargarle a la Secretaría de Marina el control de las Aduanas.
Los mandos de la Marina Armada, de acuerdo con las autori