Un estudio de la Universidad de Stanford sugiere que la salud de la población en Estados Unidos mejoraría si se eliminara el cambio de hora dos veces al año. Según los modelos utilizados, mantener un horario fijo —ya sea el estándar (invierno) o el de verano— reduciría la obesidad y los accidentes cerebrovasculares al favorecer un mejor ajuste del ritmo circadiano del cuerpo (el reloj interno del cuerpo).
Los investigadores compararon tres políticas: la hora estándar (invierno) permanente, el horario de verano permanente y el cambio semestral. El peor escenario resultó ser el sistema actual, mientras que la hora estándar fija mostró los mayores beneficios, al priorizar la exposición a la luz matutina, clave para sincronizar los ritmos internos.
Efectos positivos
De acuerdo con el mode