Estados Unidos ha señalado que el 90% de la cocaína que llega a su territorio tiene origen colombiano. Esta alarmante cifra fue revelada por un oficial de la DEA en el contexto de la reciente descertificación de Colombia como aliado en la lucha contra las drogas. La decisión del gobierno de Trump ha generado preocupación en la región, especialmente en un momento en que la producción de cocaína en Colombia no ha disminuido, según datos de la ONU de 2023.

El oficial de la DEA explicó que una gran parte de la cocaína producida en Colombia es enviada a Ecuador antes de ser transportada hacia México y Centroamérica, y finalmente a Estados Unidos. La nueva administración estadounidense busca que la guerra contra el narcotráfico reduzca la entrada de estas drogas al país. La DEA, que mantiene una constante investigación sobre el narcotráfico, utiliza información de fuentes colaboradoras y otros medios para recopilar datos judiciales que faciliten el enjuiciamiento de los involucrados.

Además, el oficial destacó la colaboración con socios internacionales, intercambiando información y recursos para combatir la delincuencia organizada. En este sentido, Colombia y Venezuela son considerados los principales exportadores de drogas en Suramérica. La DEA también ha identificado que gran parte de la cocaína pasa por República Dominicana y las Bahamas, donde se establecen acuerdos comerciales entre organizaciones criminales.

La agencia ha analizado la producción de cocaína, señalando que hay una gran disponibilidad de esta droga en el mercado, lo que la convierte en una prioridad en su lucha contra el narcotráfico. Las organizaciones criminales a menudo distribuyen la cocaína a través de islas del Caribe, donde se revende a narcotraficantes dominicanos, lo que representa un riesgo significativo.

La reciente descertificación de Colombia por parte de Estados Unidos, que implica la pérdida de una ayuda anual de aproximadamente 380 millones de dólares, refleja el estancamiento en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Esta certificación, que se ha evaluado anualmente desde 1986, mide los esfuerzos antinarcóticos de varios países productores y distribuidores.