Del Ministerio de Igualdad conviene no fiarse, sobre todo cuando su labor no tiene nada que ver con el nombre que lleva grabado en el frontispicio. Es como esos productos de la teletienda que tienen un nombre únicamente para despistar porque su función es otra. Lo mismo ocurre con el Ministerio de Igualdad. Entre lo que vendió Pedro Sánchez y lo que hizo, va una brecha que es más clamorosa que la de género. Lo del Ministerio de Igualdad es la estafa más sonada que nos han colado a los españoles desde el Fórum Filatélico. Cogieron una buena causa, la manosearon hasta pervertirla con palabras que vaciaron de significado y dejaron huecas. Es el problema de vender políticas sobre plano, que se fugaron con la pasta y han dejado el Ministerio convertido en un solar.
Entre tanto se dedicaron a e