Días después de que las sirenas antiaéreas sonaran en Polonia, la situación se torna crítica. La OTAN enfrenta un nuevo desafío tras la incursión de drones rusos en su espacio aéreo. Este incidente ha suscitado interrogantes sobre la capacidad de la alianza para responder a esta creciente amenaza. Polonia considera que se trató de una prueba deliberada de las defensas de la OTAN, utilizando drones Gerbera, que son económicos y frecuentemente empleados como señuelos. Estos drones, fabricados con madera contrachapada y poliestireno, tienen un costo de producción de aproximadamente 10.000 dólares cada uno.

En contraste, los cazas de la OTAN, como los F-16 y F-35, son multimillonarios. Robert Tollast, investigador del Royal United Services Institute, comentó: "La asimetría de costos no funciona". Aunque la OTAN ha demostrado su capacidad para contrarrestar ataques masivos, como el que sufrió Israel en abril, el costo de defensa es insostenible. Tollast subrayó que, antes de la guerra en Ucrania, la tecnología de defensa occidental no consideraba adecuadamente la amenaza de los drones.

Johannes Pinl, CEO de MARSS, una empresa británica de tecnología militar, afirmó que "la tecnología está ahí" y sugirió que una red de detección e interceptación, conocida como "muro antidrones", podría haber protegido la frontera polaca. Sin embargo, advirtió que los sistemas de adquisición de la OTAN están desactualizados. Pinl mencionó que su interceptor de mediano alcance, diseñado para ser reutilizable, está a la espera de evaluación por parte de un país miembro de la OTAN.

La guerra en Ucrania ha acelerado el proceso de adquisición de tecnología militar en Europa. Siete Hamminga, CEO de Robin Radar Systems, explicó que existe una vía rápida para adquirir equipos destinados a Ucrania, mientras que los países deben seguir un proceso más largo para sus propias necesidades. A pesar de esto, hay señales de cambio. La empresa portuguesa Tekever ha vendido drones de vigilancia AR3 al Reino Unido, que los ha adoptado para su nuevo sistema de guerra electrónica.

El secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, y el director de Defensa de Tekever, Karl Brew, han destacado la importancia de dividir el riesgo en el desarrollo de nuevas tecnologías. Brew mencionó que la RAF incorporó rápidamente la experiencia adquirida en Ucrania en su programa de guerra electrónica. Richard Knighton, nuevo jefe del Estado Mayor de la Defensa del Reino Unido, enfatizó la necesidad de innovar rápidamente en colaboración con la industria.

A medida que la situación se intensifica, Agris Kipurs, CEO de Origin Robotics, indicó que Letonia está desarrollando nuevos mecanismos para trabajar con la industria de defensa, dada su proximidad a Rusia. Su dron BEAK, utilizado en Ucrania, ya está en servicio en las fuerzas armadas de Letonia y el Reino Unido, junto con un nuevo dron interceptor, el BLAZE, financiado por el Gobierno letón. La defensa aérea ucraniana continúa enfrentando ataques masivos con drones y misiles, lo que resalta la urgencia de una respuesta efectiva ante esta amenaza.