
Han pasado 25 años desde aquella tarde mágica en la campa de La Magdalena , en Santander, pero la memoria sigue intacta. Fue allí, junto al mar Cantábrico, donde España derrotó a Estados Unidos por 5-0 en las semifinales de la Copa Davis del año 2000, en uno de los escenarios más icónicos y estéticamente deslumbrantes que haya visto nunca el tenis mundial.
Para Álex Corretja , integrante de aquella selección que unos días más tarde levantaría la histórica Ensaladera en el Palau Sant Jordi , no hay duda: «Para mí es la pista más emblemática de la Copa Davis, sin dudas. Santander, verano, fiesta, nosotros jugando, sufriendo, luchando… y un ambiente de gala, con todos volcados con el equipo. No lo olvidaremos jamás. Siempre que la veo pienso: “qué grande lo que hicimos”» , recordaba emocionado en un vídeo compartido por la organización del torneo.
Una postal imborrable
La imagen resulta imborrable: miles de personas llenando las gradas levantadas frente al Palacio de La Magdalena , con el mar de fondo y un cielo azul de septiembre enmarcando cada punto. La ciudad se vistió de gala para recibir a la élite del tenis y el espectáculo estuvo a la altura. España, que hasta ese momento no había conquistado nunca la Davis, dio un golpe de autoridad con aquel triunfo arrollador ante la todopoderosa escuadra norteamericana.
Testimonios de un recuerdo vivo
No solo Corretja revive con orgullo aquel capítulo. Joan Balcells , otro de los héroes de aquella gesta, lo describe con palabras cargadas de admiración: «Es una de las pistas más bonitas que he visto en mi vida. Semifinales contra Estados Unidos, la pista llena, el mar de fondo y todo el mundo animando como locos. Fue increíble» .
La emoción de los protagonistas refleja la dimensión de aquel escenario efímero, pero eterno en el recuerdo. No se trató solo de un partido de tenis, sino de un acontecimiento cultural y deportivo que transformó por unos días a Santander en el epicentro mundial del tenis.
El comienzo de una era dorada
Esa semifinal fue el preludio de algo mayor: la primera Copa Davis de la historia para España . Apenas unas semanas después, en Barcelona, el equipo nacional completaría la hazaña levantando el trofeo ante Australia. Pero para muchos, la verdadera magia había comenzado antes, en aquel enclave único frente al Cantábrico, donde la pasión, la épica y el entorno natural se unieron de manera irrepetible.
Un cuarto de siglo después, los recuerdos permanecen vivos. La campa de La Magdalena se ha convertido en símbolo no solo de una victoria, sino de la capacidad del deporte para crear recuerdos colectivos que trascienden el tiempo . Para los protagonistas, fue un sueño cumplido. Para la ciudad, un capítulo dorado de su historia. Para el tenis español, el inicio de una era inolvidable.
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