“Es preciso decirlo, morir de vergüenza es un efecto que raramente se consigue”, dijo una vez Jacques Lacan para referirse a la situación del mundo contemporáneo, en el que nos avergonzamos de todo, pero nadie deja la vida en eso. A los minutos, cualquier incidente es olvidado y no es extraño que haya celebrities que se catapultan a la fama por actos que, en otro tiempo, habrían sido para ponerse colorados.
Por ejemplo, hace unos pocos años una célebre modelo y actriz fue tapa de una revista para adultos con un desnudo que –para la edición– implicó un sombreado en su zona baja e íntima. Esto la llevó a declarar que “de ninguna manera [sus] genitales eran negros”. Muy singularmente, su desnudez no le producía vergüenza alguna.
En el mismo seminario del que proviene la frase del comienzo