Desde hace tiempo se viene hablando del tema. Algunos comenzaron a ver el comportamiento extraño de hombres y mujeres cada vez que se lo cruzaban. Ellos orientaban su mano hacia abajo, a la izquierda. Ellas, también hacia la izquierda, pero para arriba.
Por fortuna, aseguran, si bien de algún modo sigue siendo funcionario de primera línea, ya no se lo ve a diario por Casa de Gobierno. Es que, dicen, cada vez que tenían un contacto con él algo malo les pasaba; o a ellos en particular o al área que tenían a cargo.
Porque, señalan, una cosa es una persona con mala suerte, y otra muy diferente es una que la provoca. A éste lo posicionaron en la segunda categoría. Un mufa, bah.