Volvo se rinde a la presión de la administración de Donald Trump y aumenta las inversiones en Estados Unidos (EEUU) para esquivar los aranceles al envío de coches al país. El fabricante automovilístico sueco fabricará un nuevo modelo híbrido en la planta del fabricante en Ridgeville, a las afueras de Charleston, Carolina del Sur. Una situación que llega después de que la firma haya amenazado con cancelar la exportación de los coches menos rentables al mercado estadounidense por las nuevas tasas.

Este próximo modelo híbrido es la última inversión de Volvo en su planta en Estados Unidos, en un plan para alcanzar la plena utilización de la fábrica con capacidad para producir 150.000 vehículos al año. Un nuevo coche que se sumará al ensamblaje del XC60 , uno de los modelos más vendidos del fabricante automovilístico sueco, en la planta de Carolina del Sur, en la que ya se producen el Volvo EX90 y el Polestar 3 .

Una planta que, con el inicio de la guerra comercial, la marca sueca se vio obliga a parar por los efectos derivados de la escasez de piezas esenciales para el ensamblaje de automóviles -en este caso del Volvo EX90 y el Polestar 3-, causada por las interrupciones continuas en la cadena de suministro que afectan a la industria automotriz ante el aumento de las tasas de los envíos a Estados Unidos.

Volvo esquiva los aranceles de EEUU

El nuevo híbrido no es el único modelo con el que Volvo pretende esquivar los aranceles de EEUU. El fabricante automovilístico sueco ha anunciado que el SUV premium XC60 también se producirá en su planta de Charleston, Carolina del Sur, a partir del primer semestre de 2025.​ Una decisión estratégica con la que busca fortalecer la competitividad del modelo en el mercado norteamericano, evitar aranceles a la importación desde China y reducir tiempos de entrega a los clientes.

Un inversión de la firma en Estados Unidos que viene por dada por la reducción de la rentabilidad de la comercialización del Volvo XC60 en el mercado estadounidense, ya que está sometido a los aranceles de Trump al estar producido en las plantas que tiene el fabricante automovilístico en China y en Europa .

Pese a la medida, el consejero delegado de Volvo Cars, Hakan Samuelsson , ya ha advertido que mover la producción de algunos de sus modelos a Estados Unidos para evitar los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump podría tardar hasta dos años. Con lo que la relocalización en la planta de Carolina del Sur no será suficiente.

Actualmente, el grupo paga un arancel del 27,5% por sus importaciones hacia Estados Unidos, ya que, al recargo del 2,5% que ya pagaba el fabricante, se le suma ahora el del 25% recién añadido por el Gobierno de Trump. Esto afecta principalmente a sus modelos XC60 y XC90 que son sus más vendidos en el mercado estadounidense y que fabrica en su sede en Gotemburgo (Suecia). En EEUU el fabricante sueco, miembro del grupo chino Geely, produce solamente el EX90 y hasta la fecha han ensamblado algo menos de 3.000 ejemplares .

También cabe destacar que la decisión de fabricar el XC60 en suelo estadounidense también forma parte del plan global de Volvo para alcanzar la neutralidad climática en 2040 y fortalecer su cadena de suministro ante los retos logísticos internacionales.