Cuando la crisis financiera de la última semana parecía arrastrar al Gobierno libertario a un punto de no retorno, la intervención de Scott Bessent —hombre clave en el círculo económico de Donald Trump— operó como un inesperado salvavidas para la Casa Rosada. Su irrupción en escena, combinada con el aval del propio presidente norteamericano, logró en pocas horas lo que parecía inalcanzable: contener la suba del dólar, recomponer el precio de los bonos y desplomar parte del riesgo país.

Hasta ayer, la Argentina enfrentaba un drenaje constante de reservas. El Banco Central había llegado a perder aproximadamente 1.100 millones de dólares cada tres días para mantener la cotización de la moneda estadounidense dentro de la banda oficial. La tensión era tal que el riesgo país superaba los

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