El Gobierno ha situado al denominado “shock desregulatorio” en el centro de su narrativa económica. La presidenta Dina Boluarte lo presentó el 28 de julio como uno de los pilares de su gestión, en un mensaje a la Nación marcado por la baja aprobación de su Gobierno —por debajo del 20%— y el descrédito del Congreso —que apenas alcanza un 7% de respaldo ciudadano—.
Consciente de ese escenario de crisis de legitimidad, la mandataria apostó por resaltar que el plan busca “construir un Estado más ágil, cercano y eficiente”, a través de la eliminación de trabas burocráticas y la simplificación de procesos administrativos.
Ese día, Boluarte informó que se habían aprobado 254 medidas desregulatorias y que otras 257 estaban en proceso. Estas incluían la eliminación de 186 barreras burocráticas, l