En junio se aprobó por abrumadora mayoría una resolución de la ONU que pedía el cese inmediato de las hostilidades. De los 12 que votaron en contra, siete —Fiji, Micronesia, Nauru, Palau, Papúa Nueva Guinea, Tonga y Tuvalu— eran naciones del Pacífico

Por qué la principal asociación de académicos del genocidio del mundo ha concluido que Israel comete uno en Gaza

Tras casi dos años de guerra en Gaza, decenas de miles de muertos y la cruda realidad de la hambruna, Israel se encuentra cada vez más aislado en el escenario internacional, con alianzas que se remontan a su fundación al borde de la ruptura.

Estados Unidos sigue siendo, probablemente, su aliado más sólido. A pesar de que la indignación ha ido en aumento, un grupo de países insulares del Pacífico ha mantenido su apoyo incondicional a Israel.

Aunque tienen un peso geográfico y geopolítico escaso, el apoyo de países como Fiyi y Papúa Nueva Guinea ha resultado vital para que Israel pueda defenderse de las críticas a sus acciones en instituciones como Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia. Sin embargo, a medida que la guerra se prolonga, ese respaldo ha despertado indignación en sectores de la población joven y políticamente activa del Pacífico y empiezan a surgir focos de resistencia.

Una de las muestras más evidentes del apoyo de las naciones del Pacífico a Israel es su respaldo constante en la ONU. En junio se aprobó por abrumadora mayoría una resolución que pedía el cese inmediato de las hostilidades, con 149 países a favor. De los 12 que votaron en contra, siete —Fiji, Micronesia, Nauru, Palau, Papúa Nueva Guinea, Tonga y Tuvalu— eran naciones del Pacífico.

Según el portal web proisraelí UN Watch, Micronesia es un aliado más fiel incluso que Estados Unidos, ya que no ha emitido ni un solo voto en contra de Israel en las Naciones Unidas en los últimos diez años.

En una muestra más de su apoyo, Papúa Nueva Guinea es uno de los seis únicos países que van a abrir una embajada en Jerusalén, reconociéndola como capital de Israel. Fiyi también se ha comprometido a abrir una embajada en Jerusalén y el primer ministro, Sitiveni Rabuka, viajará a Israel a finales de este mes para la inauguración oficial, a la que asistirá Benjamin Netanyahu.

“Probablemente, la mayoría de israelíes ni siquiera ha oído hablar de estos países”, señala un editorial reciente del Jerusalem Post, pero “son los que presentan el mejor historial de votaciones firmemente a favor de Israel en Naciones Unidas”.

Su influencia en los foros internacionales donde se debaten cuestiones vitales para Israel es crucial. Esto se debe a que, a pesar de que algunos países del Pacífico tienen menos de 20.000 habitantes, en la ONU sus votos tienen el mismo peso que los de superpotencias como Estados Unidos y China.

La religión, factor clave

Los expertos afirman que el apoyo inquebrantable del Pacífico a Israel, incluso cuando otros aliados occidentales se han sentido frustrados y consternados por sus acciones, puede explicarse en gran medida por la religión.

El profesor Steven Ratuva, director del Centro Macmillan Brown de Estudios del Pacifico de la Universidad de Canterbury, señala que la población judía del Pacífico es insignificante, mientras que los cristianos representan más del 90% en muchos países. Sin embargo, al igual que los evangélicos estadounidenses, muchos cristianos del Pacífico consideran que un Israel habitado por judíos es fundamental para su fe. Sus gobiernos tienden a apoyar esta opinión alineándose con Israel.

El experto señala que, además, Israel ha sacado provecho de esta conexión religiosa y ha brindado ayuda y asistencia para el desarrollo en áreas como la agricultura, la educación y la medicina.

“Solo le interesa obtener el apoyo de los Estados por lo que está haciendo ahora mismo en Gaza... Así que busca aliados y resulta que los aliados están en el Pacífico”, concluye el sociólogo.

Semi Turaga es miembro de la red de solidaridad Fijians for Palestine, uno de los pocos grupos que cuestiona el apoyo de sus gobiernos a Israel. Afirma que “es políticamente conveniente para los gobiernos porque el respaldo a Israel coincide con la opinión mayoritaria”.

Su colega, Roshika Deo, coincide: “Somos un país mayoritariamente cristiano y con un gobierno formado por personas con opiniones cristianas conservadoras y eso se refleja en nuestras políticas y en nuestra política exterior”.

Ambos sostienen que esto se evidencia en la cantidad de banderas israelíes que se exhiben en Fiyi: en iglesias, protestas, fuera de las escuelas e incluso en partidos de rugby.

¿Un apoyo inquebrantable?

En un intento por cuidar esa relación, políticos y funcionarios israelíes han realizado múltiples visitas al Pacífico, incluida una gira en 2020 del entonces presidente Reuven Rivlin.

Días después de que el Gobierno australiano cancelara el visado de un político israelí de extrema derecha antes de una gira de conferencias prevista para este mes, lo que desencadenó una guerra dialéctica entre los dos países, Israel anunció una visita oficial al Pacífico para octubre. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel puso de manifiesto la profunda y duradera alianza entre países que se encuentran a medio mundo de distancia al elogiar el “profundo aprecio (de Israel) por los Estados insulares del Pacífico”.

Este apoyo no ha pasado desapercibido en los Estados del Pacífico y grupos de protesta se han movilizado para expresar su indignación por la permisibilidad aparentemente ilimitada de sus gobiernos ante las acciones de Israel en Gaza. Pero, por ahora, siguen siendo una minoría.

Somos un país mayoritariamente cristiano y con un gobierno formado por personas con opiniones cristianas conservadoras y eso se refleja en nuestras políticas y en nuestra política exterior

En enero, un grupo de jóvenes políticamente activos de Samoa se puso el pañuelo tradicional palestino para participar en una protesta en la capital del país y exigir un alto el fuego. Sin embargo, su manifestación fue superada en número por una contramanifestación organizada por iglesias evangélicas locales en la que cientos de personas se presentaron ondeando banderas israelíes.

En Fiyi, en ocasiones el Gobierno ha denegado a los manifestantes el permiso para protestar en apoyo a Palestina. Sin embargo, Turaga afirma que su grupo ha encontrado otras formas de hacer oír su voz. La semana pasada organizaron lecturas públicas de testimonios de habitantes de Gaza. “Asistieron muchas personas”, afirma Turaga, y puntualiza que muchos tienen miedo a hablar: “Algunos pidieron que no se les tomaran fotos ni se publicaran en Internet. Temían perder sus trabajos”.

A pesar de ello, cada vez más personas comienzan a apoyar su causa, dice Deo.

Explica que en general han recibido reacciones negativas, pero que en su protesta más reciente sí vieron muchas respuestas positivas“: ”Un hombre mayor gritó desde un autobús “Palestina libre”, y nunca habíamos tenido una reacción de este tipo de forma tan pública. Creo que se está produciendo un cambio“.

Traducción de Emma Reverter