La alianza entre Israel y EE. UU. ha sido clave para que el estado hebreo se haya constituido como la gran potencia militar de Oriente Medio. Pero Washington no siempre le ha dado carta blanca a su aliado. Cuando la Casa Blanca lo ha considerado oportuno, no ha dudado en frenar las ambiciones bélicas y territoriales judías.
La propuesta de paz de Donald Trump ha sido el penúltimo episodio de esta situación. El tiempo aclarará qué ha impulsado al mandatario estadounidense a tomar esta medida: la presión internacional por los ataques contra los civiles, el interés de revitalizar los Acuerdos de Abraham o el deseo de lograr el premio Nobel de la Paz. En cualquier caso, no es el primer inquilino de la Casa Blanca que vive una situación parecida.
Prácticamente todos los antecesores de Tru